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martes, 14 de junio de 2011

Encuentran en Jerusalén una muralla que podría ser obra del rey Salomón

Una sección de la muralla, de 70 metros de longitud y seis de altura, fue encontrada en una localización de nombre Ofel, entre la conocida como Ciudadela de David y la pared sur del Monte del Templo judío, coronado por la musulmana Explanada de las Mezquitas.

Desarrolladas en los últimos meses, las excavaciones forman parte de un proyecto de la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Autoridad de Antigüedades de Israel y otras instituciones, y cuenta con la financiación de mecenas estadounidenses.

Su directora, Eilat Mazar, data la muralla en base a fragmentos de vasijas descubiertos en los alrededores, que afirma son de tiempos en que reinó Salomón, el período de mayor construcción hasta ese momento en Jerusalén y cuando se levantó el Primer Templo judío, según el Antiguo Testamento.

"Esta es la primera vez que se descubre una estructura de ese período que puede tener una correlación con las descripciones de los edificios de Salomón en Jerusalén", afirma.

"La Biblia nos cuenta que Salomón construyó -con ayuda de los fenicios, que eran excelentes constructores- el Templo y su nuevo palacio y que los rodeó con una ciudad, lo más probable es que estuviera conectada a la muralla más antigua de la Ciudad de David", explica la directora de las excavaciones.

En el lugar se han desenterrado también una monumental caseta de vigilancia de seis metros de altura y una torre que serviría de mirador para proteger la entrada a la ciudad, que son características del estilo del Primer Templo.

De este período son las antiguas poblaciones israelitas de Meguido o Beer Sheva, declaradas en 2005 Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco.

Para la arqueóloga, los restos de la muralla suponen una muestra adicional de la exactitud con que las sagradas escrituras describen el esplendor del período de los reyes David y Salomón.

Y cita el Primer Libro de Reyes (3:1), en el que "Salomón hizo parentesco con Faraón rey de Egipto, pues tomó a su hija y la trajo a la ciudad de David, mientras que acababa de edificar su casa, y la casa de Jehová, y los muros de Jerusalén alrededor".

Las investigaciones sugieren que los restos de la muralla revelan la presencia de una monarquía y que la fortaleza y forma de construcción indican un alto nivel de conocimientos de ingeniería.

Los vestigios se emplazan en un punto estratégico, en lo alto del valle del Kidrón, hoy aledaño a la ciudad antigua de Jerusalén.

"Al comparar los últimos descubrimientos de las murallas y puertas de la ciudad del período del Primer Templo y los restos de vasijas encontrados en el lugar podemos asegurar con alto grado de certeza que los muros son de la ciudad construida por el rey Salomón en Jerusalén en la última parte del siglo X a.C", afirma Mazar.

La inscripción hallada un fragmento de vasija reza: "del supervisor del pa...", que la arqueóloga cree se refiere al "supervisor del panadero", un oficial responsable de controlar la provisión de productos leudados a la corte real.

Otros fragmentos contienen las palabras "del rey", y también fueron encontrado sellos de cera con decenas de nombres.

El explorador británico Charles Warren describió el trazado de la torre en 1867 pero sin atribuirlo a la época del monarca conocido por adoptar decisiones justas o salomónicas.

En este contexto de difícil equilibrio cabe preguntarse si la Biblia puede servir o no de guía arqueológica, una polémica que enfrenta a dos tendencias en la arqueología israelí y especialmente peliaguda en lo que se refiere a los descubrimientos en torno al período del rey David y su hijo Salomón.

Mazar pertenece a la corriente que acepta por válido el relato de la Biblia, mientras que arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv creen que el Pentateuco no está exento de intereses políticos de sus autores y que las monarquías de ambos reyes no eran una potencia regional como describe el texto más leído de la historia. EFE db/amg/cat

Tomado de:

http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=285569


"Las líneas de Nazca", un documental de National Geographic revela el enigma

Madrid, 20 feb (EFE).- Descifrar el significado de los extraños dibujos esculpidos en la tierra del desierto de Nazca (Perú), uno de los grandes misterios de la humanidad, es el cometido de "El secreto de las líneas de Nazca", el documental que National Geographic Channel emitirá el próximo domingo (21.00 horas).
El documental, que recurre al hallazgo reciente de un cadáver decapitado y enterrado ceremoniosamente, parte de la teoría de que en un entorno tan hostil los habitantes prehistóricos tenían que realizar actos realmente impresionantes para adorar y congraciarse con sus deidades.
Junto a la tumba, hallada por la especialista en arqueología precolombina Christina Conlee, se encontró también una jarra de cerámica en cuya parte inferior se dibujaba una cabeza -un símbolo recurrente en la cultura de Nazca- de la que brotaba un árbol con diferentes ramas.
"Puede ser un símbolo de fertilidad y también la idea de que necesitas una cabeza para ir a la otra vida si no tienes tu cabeza real. Creo que se trata de un ritual relacionado con el sacrificio, con la fertilidad para traer agua a la región que es muy seca", explica Conlee en una entrevista a Efe.
"Creo que durante mucho tiempo la gente ha estudiado las líneas en sí mismas, pero en los últimos veinte años los arqueólogos hemos buscado en la propia cultura Nazca, ahora se trata de entender a las personas que hicieron las líneas", agrega la arqueóloga.
El documental, que recurre a la tecnología más avanzada para realizar un mapa de las líneas, retoma la localización de la tumba y el acto ceremonial que ésta simboliza para esbozar una conclusión: que las líneas de Nazca eran en realidad templos al aire libre que los habitantes prehistóricos usaban para rezar.
Las Líneas de Nazca, unos 15.000 dibujos, fueron descubiertas a finales de la década de 1920 -cuando empezaron a funcionar los vuelos comerciales entre Lima y la ciudad sureña de Arequipa- y son atribuidas a los pueblos preincaicos que habitaron las zonas costeras al sur de la capital de Perú entre los siglos III a.C. y VII d.C. EFE
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Nefertiti no era la madre del rey

NURIA TESÓN

Los ojos de la arqueología mundial estuvieron ayer por la mañana fijos en el Museo de El Cairo sobre tres cadáveres momificados. Allí, ante más de un centenar de periodistas y tres vitrinas cubiertas con lienzos, el doctor Zahi Hawass, secretario del Consejo Superior de Antigüedades egipcio , presentó los resultados del análisis de ADN del chico de oro, el faraón de la XVIII Dinastía Tutankamón.

Poco quedaba por desvelar después de que el día anterior apareciera en el Journal of the American Medical Association (JAMA) un detallado artículo firmado por 17 científicos con el propio Hawass a la cabeza, pero son muchos los misterios que rodean al joven faraón y su muerte (falleció a los 19 años), y alguno fue desvelado mientras las cámaras de medio mundo enfocaban al egiptólogo del sombrero de Indiana Jones. Con grandes alharacas y tras amenazar con marcharse si no lograba el silencio que el momento requería, Hawass anunció que se había identificado a los padres de Tutankamón (lo que se había sabido el día previo), y que basándose en esos análisis su padre sería el célebre Akenatón.

Alguien quitó el lienzo que cubría la vitrina en la que reposa la momia KV55, ahora identificada como Akenatón (se ha sabido que murió entre los 45 y los 55 años por lo que, según Hawass, no hay duda de que sea él), mientras el jefe de los arqueólogos desgranaba las grandezas del faraón que proclamó por primera vez un dios único. Acto seguido, mientras la tela que ocultaba la momia KV35YL caía, Hawass aseveró que "sin ningún género de dudas la madre del rey Tutankamón no fue Nefertiti", la esposa del faraón de Amarna, sino "una de las hermanas del rey".

La historia tiene tintes de culebrón y para entenderla hay que viajar al Valle de los Reyes. Allí, en la tumba KV35, el francés Victor Loret encontró en 1889 las momias de una mujer mayor con pelo (KV35EL), que Hawass señaló como la de la reina Tiye (también de cuerpo presente en la segunda vitrina), y otra, la KV35YL, perteneciente a una mujer más joven y que fue identificada en su día por la británica Joann Fletcher como la de Nefertiti. Con los análisis de ADN en la mano, Hawass puso las ramas del árbol genealógico de Tutankamón en su lugar: "Hemos confirmado que la anciana con cabello fue la esposa de Amenofis III, madre de Akenatón y la abuela de Tutankamón. Mientras que la momia de la mujer joven que pensábamos que era Nefertiti es la madre de Tut, pero es también hija de Amenofis III y la reina Tiye, por tanto es su hermana y no puede ser Nefertiti".

Esta consanguinidad pudo ser causa de las muchas dolencias que aquejaron a Tutankamón. Hawass negó con rotundidad que su muerte fuera un asesinato y la atribuyó a los "múltiples problemas de salud" del joven rey.

"Vamos a escribir una nueva historia sobre la familia real", confirmó Hawass. "Podemos decir que se está iniciando una nueva etapa en la egiptología. Este equipo egipcio que estudia las momias reales está rubricando una nueva página en la historia del Antiguo Egipto", concluyó.

Empezando por el faraón Tutankamón y sus achaques. Un rey que desde ayer deja una imagen maltrecha: la de un hombre cojo, con deformidades en los pies, una rara afección ósea, la enfermedad de Köhler que le provocó necrosis en los huesos, y malaria, para más inri. Aunque, según Hawass, "estas enfermedades ponen sobre él un nuevo halo de misterio". Para el arqueólogo, "Tutankamón es todavía el chico de oro y por esa debilidad la gente le querrá más". Todas las pruebas arqueológicas, recalcó, "demuestran que usaba muletas o bastones (se encontraron 130 en su tumba), que no podía levantarse para disparar con el arco... y gracias al ADN sabemos que tenía malaria y los huesos muy débiles, pero su magia no va a decrecer por ello".

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http://www.elpais.com/articulo/cultura/Nefertiti/era/madre/rey/elpepicul/20100218elpepicul_5/Tes

Gigantescos peces "gargantúa" precedieron a las ballenas



JUDITH DE JORGE | MADRID

Ellos «inventaron» la técnica que hoy utilizan las ballenas para alimentarse: abrir la boca y tragar todo lo que se ponga por delante filtrando el agua en busca de placton. Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto nuevos fósiles de peces gigantes que poblaron los mares durante más de cien millones de años antes de que las ballenas y una variedad de tiburones y rayas ocuparan su sitio en la cadena alimentaria. Para los científicos, ha resultado una sorpresa que estos animales «gargantúa» (tragones) de varios metros de longitud sobrevivieran durante tanto tiempo, hasta la extinción de los dinosaurios, ya que se creía que sólo habían existido durante una breve etapa del Jurásico. El hallazgo se publica en la revista Science.
Los científicos, entre los que se encuentran paleobiólogos de la Universidad de Oxford, analizaban un antiguo fósil conservado en un museo de Kansas y atribuido a un pez espada, bautizado como Bonnerichtys, cuando se percataron de que, en realidad, tenían entre manos algo distinto y mucho más antiguo. «Sabíamos que este tipo de peces existieron durante un período de la era Jurásica -hace aproximadamente 170 millones de años-, pero nuestro descubrimiento muestra fósiles mucho más recientes durante el Mesozoico», explica el especialista Matt Friedman. Exactamente, hasta hace 65 millones de años, cuando los dinosaurios acabaron su reinado.
Todavía en las ballenasLa forma de alimentarse de estos peces gigantes consistía en tragar grandes cantidades de agua que luego filtraban con ayuda de un hueso del que estaban dotados para atrapar a las criaturas marinas más diminutas. El agua escapaba por las aberturas branquiales. Durante años, estos animales fueron pioneros en esta estrategia de alimentación, que todavía utilizan los grandes vertebrados marinos actuales.
Los científicos aseguran que nadie había descubierto con anterioridad la historia evolutiva de estos peces por falta de medios. Simplemente, faltan paleontólogos que trabajen con fósiles marinos. «Hay muchos más ejemplares fósiles que investigadores», afirma Friedman.
Cuando las ballenas ocuparon el nicho vacante dejado por los primeros peces pantagruélicos, su diversidad estuvo controlada por la evolución simultánea de diatomas, un tipo común de fitoplacton básico en su dieta, además de por los cambios en la temperatura oceánica.
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Hallan restos de los primeros pobladores de América en Malargue


Raras puntas de proyectil usadas por los primeros pobladores de América y restos de animales extintos, de unos 10.000 años fueron recientemente hallados en una cueva de Malargue, en el sur mendocino, junto a otros de la fauna actual como guanacos y vertebrados.

Según las primeras impresiones del equipo de investigación, que integran científicos del Museo de Historia Natural de San Rafael, el Centro Regional de Investigación y Desarrollo Cultural-Malarg3e (CRIDC) y el Centro International de Estudios de la Tierra (ICES), se trata de restos pertenecientes a los primeros americanos que poblaron esta región de Cuyo.

Los hallazgos son sumamente novedosos para la región y para todo el centro oeste argentino, que carecía de fuertes evidencias de la historia humana para estas fechas, que sí existen en la Patagonia, explicaron los investigadores.

"Son pocos los sitios en el centro oeste de Argentina con evidencias tan antiguas como las encontradas en esta cueva, dado que la mayoría se limitaba a unas pocas lascas y huesos de animales", comentó Clara Otaola, antropóloga y becaria del proyecto financiado por el ICES y la Agencia Nacional de Ciencia y Tecnología.

Ahora "se suman nuevas certezas entre las que se destacan una punta de proyectil que en la región aparecía pocas veces y sólo en superficie, pero nunca en contexto estratigráfico", añadió Otaola, quien estudiará los animales que poblaron Argentina en esa época y determinará cuáles pudieron haber sido explotados por los primeros humanos en el área.

Se trata de la Cueva Salamanca I, localizada en el piedemonte del departamento de Malargue, a unos 1.600 metros sobre el nivel del mar y unos 450 kilómetros al sur de la capital mendocina, y también presenta manifestaciones rupestres que fueron relevadas por uno de los arqueólogos del grupo.

Las excavaciones aportaron una importante cantidad de material arqueológico recuperado con una secuencia que parece iniciarse a principios del Holoceno, o sea hace unos 10.000 años, como puntas de proyectil, fogones, material óseo, cerámica y restos vegetales.

Las numerosas puntas de proyectil aparecidas bajo tierra "permiten tener una secuencia casi continua de los tipos utilizados en la región, como estilos cerámicos de Chile central (Llolleo), un tembetá (antiguo adorno viril) y valvas de moluscos marinos que evidencian la alta frecuencia de intercambios que habría habido dentro de la región", explicó Gustavo Neme, investigador de CONICET en el Museo de San Rafael y director del proyecto.
"Estas evidencias nos ponen en una nueva senda de la historia humana regional. Pero debemos ser cautos, aunque calculamos una antiguedad de 10.000 años, ahora iniciaremos los análisis para confirmar estas ocupaciones", aclaró Neme.
Los trabajos se enmarcan en un proyecto ítalo-argentino que apunta a resolver aspectos del impacto humano sobre el medio ambiente en el sur de Mendoza.
La secuencia temporal obtenida en los hallazgos permitirá discutir varios temas de interés para el Grupo de Arqueología Mendoza, como el poblamiento regional, la problemática del Holoceno Medio y el proceso de intensificación a nivel general.
Más específicamente, también podrán estudiar el uso de las materias primas líticas, el aprovechamiento de recursos vegetales, el impacto de la tecnología cerámica y los procesos tafonómicos que han afectado a los conjuntos óseos de la región.
El arqueólogo Hugo Tucker, del CRIDC-Malargue, señaló que las evidencias de arte rupestre halladas en el abrigo rocoso "son otra pista interesante para conocer nuestro pasado", dado que los instrumentos encontrados durante la excavación arqueológica "están tallados sobre un vidrio volcánico llamado técnicamente obsidiana, pero también hay en sílices y basaltos".
"Ahora se iniciarán estudios para reconstruir el ambiente, la tecnología lítica y la subsistencia" de esos primeros grupos de pobladores, señaló.
Con la ayuda del Fondo Provincial de la Cultura que promueve el Gobierno de Mendoza, Tucker participa relevando las evidencias de arte rupestre halladas en las paredes rocosas del lugar.
"Nuestro museo impulsa la investigación y estos resultados son producto de los intensos trabajos de campo que este verano estamos realizando en distintos sectores de la Argentina, aunque centrados en nuestra región de Mendoza", destacó el geólogo Luis Ballarini, director del Museo de Historia Natural de San Rafael, quien se mostró "muy satisfecho" por la importancia de estos hallazgos.
Los trabajos son, principalmente, financiados por CONICET, ICES, y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. (Télam).-

Hallan un sarcófago de 1.000 años, clave para revelar la caída de la cultura maya

Por Agencia EFE

Arqueólogos mexicanos descubrieron un sarcófago de piedra de más de mil años de antigüedad en la acrópolis maya de Toniná, en la selva del sureño estado de Chiapas, que podría aclarar el misterio de la caída de la cultura maya, informaron ayer fuentes oficiales.

El especialista Juan Yadeun, responsable del sitio arqueológico ubicado en el municipio de Ocosingo, explicó que este ataúd de piedra mide 2 metros de largo por 70 centímetros de ancho y 60 centímetros de profundidad, y es comparado por su importancia con el de la "Reina Roja" en Palenque (Chiapas), descubierto en 1994.

El arqueólogo dijo que este objeto corresponde al período de 840-900 después de Cristo, época en que se registra la última inscripción maya y comienzan las influencias toltecas entre 903-910 después de Cristo.

"En 840 después de Cristo hubo una transformación muy importante en las urbes mayas, dejó de haber representaciones escultóricas e inscripciones, lo que se ha interpretado como un abandono masivo de los asentamientos", afirmó Yadeun.

El experto aseguró que el sarcófago "aportará nuevos elementos sobre el colapso de la antigua civilización maya, saber con precisión quiénes fueron los causantes del declive, si fue gente local influenciada por grupos del Altiplano, venida directamente de esta parte de Mesoamérica o de lo que hoy es Tabasco (sureste de México)".

En su interior se encuentra una olla y un cráneo con huellas de deformación y fracturado en varias partes, así como huesos largos dispuestos en forma de cruz, al parecer de "un personaje de alta jerarquía, probablemente una mujer o un menor".

Dentro de la cripta se encontró también una olla globular con tapa con huesos que fueron hervidos y fragmentados, colocados hace unos 500 años por indígenas tzeltales que se asentaron en la zona, recuperaron los edificios y abrieron las tumbas para extraer los objetos al tiempo que colocaban nuevas ofrendas.

El especialista recordó, entre las diversas explicaciones teóricas, que la civilización maya desapareció tras la llegada de pueblos toltecas del altiplano central a la región.

"Se trataba de grupos de carácter corporativo, ejércitos grandes, que quizá procedían del área de Puebla-Tlaxcala (centro de México), la Costa del Golfo (este) y Oaxaca (sur), ligados al mismo tiempo a Tula", indicó.

Yadeun dijo que en 840 después de Cristo ocurrió una transformación muy importante en las urbes mayas, lo que supuso que "para esos tiempos, en el México Antiguo se estaba suscitando una revolución, al caer las dinastías y asumir el poder grupos de guerreros".

Toniná es una de las acrópolis más grandes del mundo y fue entre el año 688 al 708, con su gobernante Chaak Bak Nal, "el imperio militar más grande de la historia maya hasta antes de la llegada de los aztecas".

Este sitio, cerrado al público y descubierto hace 4 años, cuenta con un mural que ha sido restaurado y contiene la historia de la edificación que forma parte de un complejo de 320 metros de base y 63 metros de alto, considerándose una de las pirámides "más grandes de México y el mundo".

http://www.google.com/hostednews/epa/article/ALeqM5hXVpOtS2I6mni43nO12xanYrJieg

Una máscara milenaria

Su gran tamaño -nueve metros cuadrados en planta y 1,5 metros de altura- es equiparable a su valor arqueológico. El caparazón maya que han sacado a la luz investigadores valencianos en el mismo corazón de la selva guatemalteca permitirá conocer más sobre los antiguos pobladores de Guatemala y su milenaria civilización.
El mascarón, esculpido en piedra caliza, se encuentra en muy buen estado de conservación y había permanecido oculto durante siglos bajo la frondosa y casi impenetrable vegetación que cubre las ruinas arqueológicas de Chilonché, al norte de Guatemala. El hallazgo fue fruto de la casualidad, ya que los profesores e investigadores de la Universitat y de la Politécnica de Valencia se encontraban examinando las antiguas edificaciones mayas en una zona muy castigada por los ladrones.
Fue precisamente en uno de los túneles construidos por los saqueadores que buscan piezas arqueológicas para venderlas en el mercado negro cuando dieron con el espectacular mascarón, que incluso conservaba los colores originales, según Gaspar Muñoz, arquitecto de la UPV y codirector del proyecto junto con la profesora y arqueóloga de la UV, Cristina Vidal.
Los mascarones son elementos ornamentales muy tradicionales dentro de la cultura maya y suelen representar a las fuerzas de la naturaleza o, como en este caso, a seres sobrenaturales con rasgos de divinidades. Antiguamente formaban parte de la decoración de las edificaciones mayas, pero tras la desaparición del imperio quedaron sepultadas por la vegetación.
Protegido de saqueadores
El hallazgo tuvo lugar hace varias semanas y rápidamente se informó a las autoridades guatemaltecas para proteger la zona y evitar los saqueos que son frecuentes en la zona. Asimismo, el equipo valenciano se puso a disposición de los responsables de patrimonio cultural del país para colaborar en su restauración.
Los investigadores trabajaban dentro del proyecto La Blanca que, desde hace más de seis años, desarrollan las dos universidades valencianas junto con la Universidad de San Carlos de Guatemala. El objetivo es recupera patrimonio arquitectónico y poner en valor las ruinas «como un motor económico y social para mejorar sus condiciones de vida», según Gaspar Muñoz, quien añade que «gran número de ciudades y poblaciones mayas duermen aún su profundo sueño milenario bajo el espeso manto verde de la selva tropical, tras haber sido abandonadas por sus habitantes hacia el siglo X», Sueño que sólo se ve truncado por las destructivas intervenciones de expolio.
Tomado de:
http://www.abc.es/20100126/valencia-valencia/mascara-milenaria-20100126.html

Hallan en Tel Aviv los restos de una vivienda de hace 8.000 años y un hipopótamo


Sal Emergui | Tel Aviv

“¿Un hipopótamo aquí? ¿En mi jardín? ¿Están de broma?”, contesta Hila, estudiante de la Universidad de Tel Aviv, que vive en un piso alquilado en el selecto barrio de Ramat Aviv, al norte de Tel Aviv. La tranquilidad de sus calles se ha visto alterada hoy por un descubrimiento arqueológico que convierte este barrio burgués en una de las ciudades más antiguas del mundo.

Además de los huesos del hipopótamo, el yacimiento da cuenta de un edificio de hace 8.000 años, descubiertos casualmente gracias a las obras de construcción de un moderno y caro edificio de viviendas.

La sorpresa de Hila contrasta con la emoción de la arqueóloga Ayelet Dayan. Con tan solo 27 años, ha dado con un hueso apetecible y soñado por muchos colegas de profesión en todo el mundo. Y lo ha encontrado en su primera excavación. “Como toda obra en Israel, la Autoridad de Antigüedades debe hacer un trabajo previo. En las pruebas que hicimos, descubrimos tres cuartos de una casa que son de Neolítico. Es la primera vez que se descubren restos de esta era en esta zona de Tel Aviv”, dice satisfecha.

Y así, Tel Aviv, ciudad que en el 2009 celebró por todo lo alto elcentenario desde su fundación, se ha convertido, de la noche a la mañana en una ciudad milenaria.

Pese al orgullo y emoción, los vecinos de Ramat Aviv confiesan que “es exagerado” compararse con Damasco (considerada la ciudad continuamente habitada más antigua del mundo) o Jericó, hoy bajo control de la Autoridad Nacional Palestina y con restos arqueológicos que superan los 10.000 años.

“Los de Jerusalén siempre dicen que son una ciudad de miles de años de antiguedad y que nosotros no tenemos su historia y sus piedras…. Espero que ahora se den cuenta que Tel Aviv no es sólo marcha, altas tecnologias y playa. También tenemos hipopótamos de hace 8.000 años”, bromea Gal Cohen, cerca del río Hayarkon y con una bufanda del Hapoel Tel Aviv.

Dayan reconoce a ELMUNDO.ES que al principio nadie se creyó su hallazgo: “Solo cuando vieron el resultado final y lo extraído, se convencieron. Es una sensación indescriptible”.

Sobre el llamado ya 'Hipopótamo de Ramat Aviv', Dayan indica que “estos animales se encontraban en la zona de la playa, a poca distancia de los restos hallados”.

También destaca el descubrimiento de la punta de un arma de caza de unos 10.000 años y otros utensilios que superan los 13.000 años.

Y todo a pocos metros de la Universidad de Tel Aviv, de la calle Albert Einstein, de uno de los centros comerciales más pijos de Israel entre rascacielos de vértigo.

Muy cerca de una tienda donde se vende el último y caro modelo del I Phone, han aparecido los huesos de un hipopótamo milenaria. De la 'Edad de Piedra Pulimentada' a la era del twitter. El hallazgo de que nos lleva 8000 años atrás triunfa ya en las conversaciones de los habitantes de Ramat Aviv en Facebook

Tomado de:

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/01/11/cultura/1263197099.html