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sábado, 18 de junio de 2011

O Courel aporta pistas sobre la fauna de hace miles de años

L. A. R. / El Progreso (Monforte de Lemos)

El equipo de investigación del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal, de la Universidade da Coruña, lleva realizando estudios en O Courel desde hace unos 30 años, dirigidos a la reconstrucción paleoambiental de la sierra durante las épocas glaciares de los últimos cientos de miles de años. La investigación está coordinada por el profesor Juan Ramón Vidal Romaní, catedrático de Geodinámica.

En cuanto a la paleontología, los esfuerzos se dirigen a la recuperación de restos fósiles de la fauna que habitaba la zona y que se encuentran preservados en el interior de las cuevas.
El hecho de que en O Courel coincidan los rasgos del antiguo glaciarismo, las cuevas con su fauna y con un registro climático que se puede estudiar en las estalagmitas y depósitos lacustres hacen que esta zona sea un área de estudio muy especial, según los investigadores. Éstos añadieron que pocos espacios de la península «se han estudiado de una manera tan completa y multidisciplinar».

Tras varios años de análisis paleontológico se ha podido saber que la llamada Cova do Oso estuvo habitada por osos de las cavernas y también por osos pardos, siendo incluso contemporáneas ambas especies, algo que nunca se había podido demostrar en otras zonas de Europa; pero también por ciervos de gran talla, corzos o rebecos, caballos, bisontes en épocas más antiguas y posteriormente uros.

A partir de los restos óseos de estas especies, además de conocer la biodiversidad de la zona y cómo fue variando, el grupo de paleontólogos y geólogos ha podido estudiar el colágeno óseo para saber qué tipo de alimentación consumían estos animales y, por lo tanto, el tipo de vegetación de la zona y su clima en cada momento. Una aproximación similar se logra por el estudio del desgaste dentario de estos animales. De estos restos se realizan siempre dataciones con carbono 14 que permiten encuadrar cronológicamente cada hallazgo.

Restos humanos
También destacaron el hecho de haber encontrado restos humanos de hace unos 8.000 años. El hecho de disponer de partes óseas permite realizar unos estudios muy concretos que pueden dar una información especial. Con ellos han hecho estudios del colágeno óseo que permiten reconstruir la dieta de aquellos humanos, pero también se efectúan análisis genéticos del ADN mitocondrial.

El interés principal para el instituto Isidro Parga Pondal radica en que en fechas similares los pobladores neolíticos fueron colonizando el oeste de Europa, trayendo consigo novedades como la agricultura y la ganadería; mientras que los antiguos habitantes aún se dedicaban a la caza y la recolección de vegetales.

Por la genética es posible diferenciar a un tipo de otro, lo que dará una idea de si ese proceso de neolitización había comenzado ya en O Courel hace 8.000 años o todavía no es posible demostrarlo.

Los investigadores saben ya que se trata de un hombre de cierta edad (no determinada aun), por el grado de deterioro de sus articulaciones. Su alimentación deducida por el análisis del colágeno de los huesos parece preferentemente una dieta de vegetales . En la actualidad se lleva a cabo un estudio del ADN fósil para saber qué tipo de relación existía entre el homo sapiens de Courel y el resto de los homo sapiens de Europa o de España.

Uro
Un rasgo especial de la Cova do Oso es que en su depósito se hallaron también restos de uro, el antepasado salvaje de la vaca doméstica, que se cita en Galicia por primera vez con seguridad ya que son restos craneales de morfología muy característica.

Los estudios que se realizan sobre el uro son los clásicos en paleontología (estudio métrico de los restos óseos) pero también de tipo genético. En este contexto, el instituto Isidro Parga Pondal colabora con un proyecto internacional Taurus, dedicado a la reconstrucción del uro.

Con el trabajo conjunto de diversos equipos investigadores de varias universidades europeas se pretende realizar un estudio completo del uro para posteriormente buscar aquellas razas de ganado vacuno más parecidas, por su morfología y por su genética.

Alguna de las razas vacunas que se van a utilizar en el proyecto podrían ser algunas de las razas autóctonas de Galicia, como son la limiá o la caldelá, por sus especiales características, de tipo primitivo.

Esta investigación corre a cargo de la licenciada en Veterinaria Amalia Vidal Gorosquieta, que en la actualidad realiza su tesis doctoral en este campo.

Colaboración
Pero volviendo a las cuevas de O Courel, los técnicos del instituto de geología de A Coruña cuenta con la colaboración de grupos de espeleología, que prestan su apoyo para la localización y estudio de las cuevas, algunas de ellas especialmente inaccesibles o incluso peligrosas, como el caso de la sima en la que se encontraron los restos humanos.

En este sentido, desde el centro Isidro Parga Pondal señalaron que de no ser «por la localización de la cueva y los primeros restos por el grupo de espeleología Brigantium de A Coruña, y en la actualidad por la colaboración continua del grupo Maúxo de Vigo, sería muy difícil realizar nuestro trabajo».

Además, indicaron que cuentan «con el apoyo inestimable de algunos aficionados locales como Victorino Marzábal u Orlando Álvarez, de SOS Courel, con los que compartimos la preocupación que nos causa la destrucción que esta zona única desde el punto de vista científico y paisajístico está sufriendo».

ESTUDIO

  • Temperatura y vegetación. Hasta ahora además de datar los restos paleontológicos por radiocarbono se han estudiado sus isótopos estables, que proporcionan otro tipo de datos sobre la temperatura y la vegetación en O Courel y del el tipo de alimentación tanto de la especie humana como de los animales que convivían con ella en el mismo espacio.
  • Investigación. Los investigadores son Aurora Grandal y Juan Ramón Vidal Romaní, del centro Isidro Parga Pondal, que cuentan con la colaboración de los miembros del Club Espeleolóxico Mauxo de Vigo.

En una caverna ha sido encontrada una colonia de un raro musgo luminiscente
Otra peculiaridad de la sierra courelesa es el hundimiento del terreno sobre cuevas calcáreas

El colectivo SOS Courel ha dado a conocer la presencia de un raro musgo, luminiscente, denominado 'schistotega pennata', en una cueva de la sierra denominada Tralas Torres. El hallazgo lo realizó el espeleólogo Nino Santos Rielo semanas atrás.

Este musgo, también conocido como oro del duende, solamente existe en una quincena de lugares de la península ibérica. Además de en Asturias, Guipúzcoa y Navarra, hay colonias de esta especie en varios lugares de Galicia. Además de en O Courel y A Pobra do Brollón, se ha constatado su presencia en Abadín, Arteixo, Baiona, Castro de Rei y Pedrafita do Cebreiro.

En la llamada Cova das Choias, en A Pobra do Brollón, se localiza una importante colonia del musgo luminiscente que había sido constatada en el año 1921 por el botánico Antonio Casares, quien lo citó en el boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural como el primer lugar de España en el que se había encontrado.

El musgo tiene unas células esféricas con unas vacuolas que actúan a modo de lentes para recoger la luz y llevarla a los cloroplastos próximos, que reflejan una luz verdosa amarillenta. Con este sistema, la planta capta y aprovecha al máximo la escasa luz existente en su hábitat, las paredes y suelos de cuevas y minas, para poder realizar la fotosíntesis.

Otra peculiaridad de O Courel es, según Orlando Álvarez, de SOS Courel, los «afundimentos do terreo que se producen polo crecemento incesante das cavernas nas rochas calcarias debido o desgaste continuo da auga».

Cuando el techo se hace demasiado grande o adelgaza, rompe y colapsa violentamente, como ocurrió hace poco en Romeor. Tras hundirse el techo calcáreo de la cueva arrastró las pizarras que estaban por encima de la caverna.

Tomado de:

http://elprogreso.galiciae.com/nova/68713.html

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