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viernes, 17 de junio de 2011

Termina en Cova Eirós otra exitosa cosecha paleolítica

| ALBERTO LÓPEZ

Una pieza de origen neandertal hallada en el nivel 4

Francisco Albo

La cuarta campaña de excavaciones realizada en Cova Eirós (Triacastela) dentro del proyecto de investigación de los yacimientos paleolíticos del sur lucense que coordina la Universidad de Santiago se cerró ayer con una cosecha particularmente abundante. A lo largo de este mes, los arqueólogos han desenterrado más de 1.300 piezas, entre las que se cuentan artefactos y fósiles de animales de muy diversas épocas. En cuanto al número de hallazgos, el resultado es comparable al la campaña del 2009.

Aunque en esta ocasión no se hallaron piezas de carácter excepcional -como el colgante de hueso que apareció en este lugar el año pasado-, el equipo que realizó los sondeos está muy satisfecho de los resultados. El gran número de materiales arqueológicos que ha ido apareciendo a medida que iban profundizando en los diferentes sectores de la excavación confirma la suposición de que la gruta conserva rastros de ocupaciones continuadas a la largo de períodos muy prolongados y hace albergar la esperanza de que en los dos metros de sedimento que falta por excavar haya vestigios de épocas más antiguas.

Arturo de Lombera, codirector de los trabajos, señala como especialmente fructífero el llamado nivel 4, en el que han aparecido entre seiscientas y setecientas piezas líticas y fósiles del Paleolítico Medio, la época del hombre de Neandertal. Por ahora se desconoce la antigüedad exacta de estos materiales, pero es seguro que superan los 84.000 años, ya que están por debajo del primer yacimiento neandertal hallado en la cueva en el 2008 -llamado nivel 3-, que ya fue datado con métodos radiométricos.

Tras un examen preliminar, los arqueólogos se plantean la hipótesis de que estos materiales corrresponden a ocupaciones neandertales de un período tecnológicamente menos sofisticado que el del nivel 3, y en el que las condiciones climáticas también parecen haber sido bastante diferentes. «La sedimentología nos indica que este nivel se formó en una época más fría que la del nivel de hace 84.000 años», señala De Lombera.

Si en los los niveles más profundos del subsuelo de la cueva siguen apareciendo materiales arqueológicos con una abundancia comparable a la de esta campaña -agrega el arqueólogo-, cabe la posibilidad de que las futuras excavaciones pongan al descubierto rastros del Paleolítico Inferior, con lo que se obtendría en una sola cueva una amplísima secuencia de ocupaciones humanas.

Tomado de:

http://www.lavozdegalicia.es/lugo/2010/08/31/0003_8699063.htm






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